Toda la noche es un escape
a paraísos indomables
donde los arboles gritan el aire calcinante
mas nadie escucha
pues sus oídos fueron taponados
con el idioma del sin sentido
pero yo los escucho
y su llanto engulle mis sueños
vomita pesadillas
cantan todas sus muertes
y la que me espera tras cada minuto
agazapada
lamiendo mis dedos
cada vez más fríos
yo sólo espero el silencio
que quizá venga
una de éstas noches
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